Mi introducción al mundo de las plantas medicinales
Una planta, la primera que probé medicinalmente, fue la que me abrió el mundo de la medicina ancestral. Esa planta fue el Aguaribay, que por ese entonces sólo la conocía con el nombre de Molle o falsa pimienta.
Un té de sus hojas que me preparó mi esposa, tomado una noche en que me azotaba un fuerte resfrío, fue suficiente para que, al día siguiente, haya desaparecido todo vestigio de aquel malestar.
El aguaribay es originario de la región andina peruana, y actualmente se distribuye en Argentina, sureste de Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Uruguay, oeste de México, Guatemala e Islas Canarias. A pesar de tratarse de una especie muy empleada como medicinal, no se realizaron hasta el momento estudios farmacológicos de importancia. La actividad antimicrobiana del aceite esencial parece ser la más estudiada, y por ende la más interesante desde el punto de vista de potenciales aplicaciones terapéuticas para el futuro. Por otro lado, los triterpenoides aislados del fruto presentarían actividad antiinflamatoria.
Descripción botánica
Se trata de un árbol resinoso, fragante, de follaje persistente, perteneciente a la familia de las Anacardiáceas, caracterizado por presentar una altura cercana a los 10 metros, tronco grueso con una corteza asurcada y hojas alternas, compuestas, glabras y de color verde.
Las flores son pequeñas, de color amarillo-verdosas, dispuestas en panojas terminales de hasta 20 cm de
largo, haciendo su aparición en los meses de noviembre (para Sudamérica). El fruto es una pequeña drupa rojiza, de unos 5 mm de diámetro, de sabor picante.
Distribución geográfica
El aguaribay es originario de la región andina peruana, y actualmente distribuido en Argentina (desde Jujuy hasta Río Negro), sureste de Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Uruguay, oeste de México, Guatemala e Islas Canarias.
Crece subespontánea en la zona andina entre los 1.500 y 2.000 metros s.n.m. (máximo 3350 metros s.n.m. en el valle de Chiquián, Perú) Muy utilizada como ornamental en Colombia, México, Estados Unidos y Sudáfrica (Alonso, 2004). (1)
Cultivo
Esta especie es aprovechada a los fines medicinales a partir de ejemplares cultivados como ornamentales y también silvestres. Si se la desea reproducir puede comenzarse de semillas y también de esquejes. Por tratarse de una especie arbórea es apropiado
realizar un vivero para iniciar su propagación. A medida que las plántulas se desarrollan deberán realizarse repiques hasta su plantación definitiva. Las épocas del año más apropiadas para estas labores son otoño y principio de primavera. El riego y el control de plagas son las labores más importantes a realizar durante estas etapas.
Se utilizan las hojas, los frutos y, en menor medida, la corteza.
Historia
La resina del aguaribay era empleada por los indios araucanos en los ceremoniales de consagración de las curanderas (machis). Los incas lo llamaban “árbol de la vida” debido a la tradición incaica de embalsamar los cuerpos de los muertos con su resina para una mejor conservación. También lo empleaban como alimento y medicina. El nombre de molle corresponde a una voz quichua (mulli) acuñada en
la literatura por Middendorf en 1890.
Por fermentación de los frutos en agua preparaban la “chicha”, bebida alcohólica que también puede prepararse por fermentación del maíz, y con la resina fragante hacían emplastos para cicatrizar heridas, úlceras y fracturas. Los Kallawayas andinos empleaban las hojas frescas, expuestas al sol, para hacer cataplasmas en casos de ciática y dolores reumáticos.
Frescas y hervidas, como cicatrizante de heridas y en baños para inflamación de miembros inferiores. En el Perú, Soukup (1986) indica que los antiguos peruanos cultivaban el molle por su aspecto particular, por sus frutos con los que hacían una bebida fermentada, que hoy llamamos “chicha de molle”, la que preparaban restregando los frutos maduros suavemente entre las manos en agua caliente, hasta
que el agua tuviera sabor dulzaíno, procurando no disolver el amargo de éstos; este líquido era filtrado en un lienzo, y dejado fermentar durante 3 ó 4 días.
Esta chicha se bebía sola, o mezclada con chicha de maíz, emborrachándose también con ella; se le bebía también porque se le atribuían propiedades medicamentosas: “para males de orina, hijada, riñones y vejiga”. Soukup también hace referencia a gracilazo de la Vega y a Valdizán, describiendo el uso de la tintura de los frutos en frotaciones en el reumatismo agudo, de la resina para obturar muelas cariadas y dolorosas, de los brotes tiernos soasados en los dolores reumáticos, de las ramas en diversas formas en la curación del “susto”, de la resina como purgante y la ceniza en la preparación del jabón.
El zumo de las hojas lo disolvían con leche y lo empleaban como colirio anticonjuntival, en tanto que los frutos cocidos eran suministrados como diuréticos. Gerónimo de Bibar recomendaba en 1558 la decocción de la corteza para tratar edemas de miembros inferiores. El Inca Garcilaso refería que de la leche y resina de este árbol se curaban todo tipo de heridas. En la época de las Misiones, los jesuitas del Uruguay preparaban el llamado “Bálsamo de las Misiones o de los Jesuitas” al cual le atribuían propiedades de “sanalotodo”.
Este árbol solía adornar muchas calles y plazas, pero luego de las conquistas fueron talados en su mayor parte para producir carbón vegetal. En agricultura se empleó para proteger del clima adverso los suelos muy erosionados, como sombra para animales y como abrigo de cultivos diversos. En Estados Unidos de América fue introducido por las misiones españolas, mientras que en México se introdujeron semillas provenientes de Perú.
En el siglo XVI es introducido en las zonas templadas y subtropicales del mediterráneo. En el siglo XIX se empleaba para falsificar la pimienta, de ahí su denominación de árbol de la pimienta o falso pimentero.
Usos etnomedicinales
El uso popular en el Río de la Plata le confiere a la infusión de sus hojas (al 1%) propiedades reguladoras del ciclo menstrual en la mujer. La corteza junto a las hojas se emplean en forma de infusión en casos de piorrea, blenorragia (también el aceite esencial) y como antiinflamatorio general. Las hojas en fricción sobre el cuerpo se emplean como insecticida.
El jugo de las hojas, disuelto en leche, se aplica en casos de oftalmopatías inflamatorias o infecciosas. La corteza seca y molida se emplea en uso tópico, como antiinflamatorio y antiséptico. La resina como purgante, antirreumático, antibronquítico, para el dolor de muelas y como desinfectante tópico.
En Perú utilizan las hojas tiernas en infusión para combatir cólicos estomacales. A su vez, las hojas y tallos jóvenes se emplean en decocción para lavar heridas y grietas cutáneas. La oleorresina como cicatrizante, en casos de dolor de muelas y como pugante. Con este último fin también utilizan las semillas. El macerado de las hojas lo emplean para combatir áfidos y pulgones.
En Bolivia preparan un macerado de hojas y lo aplican sobre los granos de maíz para protegerlos de los parásitos. En México emplean el zumo de las hojas en casos de oftalmopatías, reumatismo y blenorragia, mientras que el cocimiento de las hojas como diurético y en forma de baños para el prolapso uterino. El fruto como carminativo y antiblenorrágico.
En Chile preparan un extracto fluido o tintura con la corteza, la cual emplean como estimulante, antirreumático, astringente, antidiarreica y en casos de hemoptisis. En Brasil se emplea la corteza y hojas secas en casos de fiebre, bronquitis, tos, dismenorrea, gripe, diarrea, edemas e inflamaciones en general.
En Guatemala emplean la resina aplicada directamente sobre caries dolorosas, sienes (cefaleas), como cicatrizante y purgante. Con los frutos y las hojas hacen una tintura para frotar sobre zonas dolorosas. La infusión de las hojas es empleada para realizar gárgaras en casos de amigdalitis. Finalmente en las Islas Canarias los frutos se emplean para combatir edemas.
Otros usos
El aceite esencial es empleado como desinfectante en sifones, letrinas y contra ectoparásitos de ganados y hormigueros. También se le atribuyen propiedades tinctóreas a las ramas, corteza y raíces, en especial para teñir algodón y lana de amarillo y verde.
Las cenizas de su leña se emplean para oscurecer el color amarillo y para curtir. La corteza, roja, dura y persistente, es excelente
para fabricar postes, estacas, mangos de herramientas agrícolas, etc., mientras que la madera es usada en ebanistería.
La resina obtenida del tronco al solificarse presenta una consistencia blanda y algo jugosa, similar al mástiche europeo (mastic). Este último se obtiene de la resina de Pistacia lentiscus, precursor del chicle, de donde deriva el término “masticar”. Al igual que el mástiche europeo, la resina de molle puede ser empleada en la preparación de barnices y esmaltes.
También se ha recomendado para obturar temporariamente muelas cariadas. A nivel alimenticio, los frutos del aguaribay son utilizados como condimento, sustituyendo a la pimienta tradicional debido al leve sabor picante. Dada esta particularidad es usado como adulterante de la pimienta, de ahí que se la conozca como “pimienta de los pobres”.
Los frutos también se emplean como condimento de embutidos, para relleno de empanadas, salsas y en todo tipo de comidas de acuerdo a la zona geográfica de la que se esté hablando.
Composición alimentaria
Los frutos contienen un aceite esencial de sabor cálido y picante que hace que sea empleado como especia o condimento. En Europa constituyó un adulterante de la verdadera pimienta durante varios años. Los frutos macerados en agua originan una bebida similar a la cerveza caliente, la cual puede reemplazar al vinagre. En México preparan una bebida llamada capalote a partir de los frutos de
aguaribay sumergidos durante tres días en pulque. La chicha se obtiene a partir de la parte dulce de las semillas maduras estrujadas en agua tibia y puestas a fermentar durante 3-4 días. La concentración alcohólica es del 5-6%. Una vez filtrada esta chicha se pasteuriza y embotella, constituyendo el “vino de molle”.
Acciones farmacológicas
A pesar de tratarse de una especie muy empleada en Latinoamérica, no se realizaron hasta el momento estudios en humanos. La actividad antimicrobiana in vitro parece ser la más estudiada, y por ende la más interesante desde el punto de vista de potenciales
aplicaciones terapéuticas para el futuro próximo.
Contraindicaciones
Por su actividad tónica uterina se contraindica la ingestión de los frutos en mujeres embarazadas.
Estatus legal
El aguaribay se encuentra aprobado por la FDA norteamericana como suplemento dietario y categorizado en clase 1, como especie segura para consumo humano.
(1) Desde el punto de vista taxonómico, el género Schinus presenta dos especies estrechamente relacionadas: S. molle L. y S. areira L.(S. molle L. var.areira (L) DC). En la bibliografía existente, la mayoría de los autores se refieren a estas especies identificándolas como S. molle. Sin embargo, algunos taxónomos consideran que la especie distribuida en todo el continente americano y cultivada en otros países es en realidad S. areira, mientras que S. molle tendría una distribución mucho más acotada, hallándose solo en el nordeste argentino, Uruguay, Paraguay y sur de Brasil.
Fuente: “Plantas Medicinales Autóctonas de la Argentina, Bases Científicas para su Aplicación en Atención Primaria de la Salud”, Jorge Alonso/Cristian Desmarchelier. (2015)
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No lo conocía como aguaribay sino como árbol del pimiento. Hace poco probé el sabor de su fruto y es muy parecido a la pimienta. Muy buena data acerca del té para el resfrío!!! Muchas gracias
Sí Graciela, depende la región se lo conoce con distintos nombres. De todos modos se suele confundir a 2 árboles de la misma especie asumiendo que es el mismo.
Uno de ellos es el schilus molle y el otro el schulus areira. La mayoría de los autores se refieren a los dos como schilus molle, pero en realidad según algunos taxónomos el s. areira es el el que se encuentra distribuido por todo el continente. Y el s.molle está acotado al nordeste argentino, Uruguay, Paraguay y sur de Brasil. Muchas gracias por tus comentarios