Los Guaraníes

Los guaraníes se auto denominaban avá (que significa ‘ser humano’). 

Es un pueblo sudamericano al que ubicamos geográficamente en Paraguay, noreste de Argentina (en las provincias del Litoral),​ sur y suroeste de Brasil (en los estados de Río Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná y Mato Grosso del Sur) y sureste de Bolivia (en los departamentos de Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca) y en el extremo norte de Uruguay.

Se caracterizaban por el uso del tembetá, una pieza sólida y alargada, hecha con hueso o madera que ponían a los niños en el labio inferior al llegar a la pubertad.

Economía

El suelo que habitaban no era el mejor para el cultivo. Para poder sembrar tenía que cortar árboles y malezas, los quemaban y en la época de sequía, con la ceniza abonaban la tierra. 

Cultivaban mandioca, batata y maíz. Eran sedentarios, sus casas eran comunales, donde vivía familias emparentadas; hilaban el algodón y eran buenos alfareros. 

La labor de las mujeres consistía en sembrar zapallo, o maíz, y también se dedicaban de  la cosecha. La yerba mate, uno de sus principales consumos, no había necesidad de sembrarla, pues crecía en abundancia en los bosques. También trabajaban el barro muy hábilmente, prueba de ellos son las piezas de cerámica guaraní que han podido conservarse.

Sociedad

Vivían en aldeas, en tribus que ocupaban en los claros de la selva. Las familias vivían en casas comunales que tenían su jefe, este tenía su aposento en el centro de la cabaña, que podía tener hasta 60 metros de largo, de una sola pieza, donde cabían desde 60 hasta 120 personas. Los jefes de las casas comunales formaban el consejo de jefes, en el que eran tratados y resueltos los principales problemas de la comunidad. La aldea estaba dirigida por un jefe político llamado “Mburubichá”, y un jefe religioso llamado Chaman. La familia y el matrimonio constituían el núcleo básico de la sociedad.

Un taparrabo de plumas, la tanga, era la única prenda que usaban las mujeres guaraníes; más tarde la reemplazaron por una camisa de algodón: el tipoy.

Los hombres andaban desnudos y se adornaban con plumas los brazos, los tobillos y la cabeza; todos se pintaban la cara. Solamente los jefes tenían varias mujeres ya que, como en los otros grupos, era necesario poder mantenerlas. 

El tubichá era el cacique que gobernaba las parcialidades; su cargo era hereditario y muy respetado. Creían en un dios, Tubá, que maduraba los frutos y provocaba la lluvia, pero no le rendían culto. 

Practicaban la antropofagia  (costumbre de comer seres humanos) aunque no lo hacían para alimentarse, sino con un sentido ritual, y sólo la llevaban a cabo con sus enemigos más valientes.

Religión

Los Guaraníes eran monoteístas y su dios fue Tubá, creador de todo lo existente. También fueron animistas, o sea que el mundo de los vivos estaba rodeado por espíritus buenos o malos que aparecían bajo formas humanas o animales. El chamán era el brujo de la tribu y tenía gran poder. Actualmente, las tribus amazónidas siguen considerando al chamán como una fuente de respeto y poder.

Los cadáveres eran depositados en grandes tinajas de barro, en las que colocaban objetos que habían pertenecido a la persona muerta y, finalmente, las cerraban con un plato y las enterraban.

Preferían, para la instalación de sus aldeas, los terrenos ubicados sobre las riberas de los grandes ríos, arroyos y lagunas de la región. Eran los sitios más propicios para la pesca y la caza, para la recolección del “ñai’ú” o arcilla para la cerámica, y fundamentalmente para el aprovechamiento de la fértil capa de humus en las labores hortícolas, mientras que el monte cercano ofrecía sus frutos silvestres y abundante madera.

Los guaraníes conocían y visualizaban con claridad su hábitat geográfico, se sentían parte de él. Su lengua identificaba, con nombres propios, ríos, arroyos, lagunas, cerros, montes, sitios significativos y otros de orden mitológico. La aldea o “tavá” instalada, por ejemplo, junto a la laguna del Iberá, no constituía un hecho poblacional aislado. Todo lo contrario. Era parte de una amplísima red intercomunicada por caminos.

En este ámbito las relaciones se establecían por el parentesco, o por alianzas circunstanciales de carácter ofensivo o defensivo. Sabían de la existencia de los cazadores-recolectores que vagaban en torno de su ámbito geográfico, también conocían de la existencia del imperio inca y de sus características, y habían llegado inclusive hasta sus fronteras. Tampoco se les escapaba el conocimiento de la existencia del océano Atlántico.

La geografía guaraní era un espacio racionalmente administrado. En él se conjugaban el hombre y la naturaleza en un armonioso equilibrio. Esto era sentido así por el guaraní. Lo que quedaba fuera de aquella geografía pasaba a ser la “tierra del otro”, del no guaraní.

 

Grupos guaraníes

  • Los guaraníes de las islas, llamados chandules, que fueron dados en encomienda por Juan de Garay, en 1582, a algunos vecinos de Buenos Aires, vivían en las islas más orientales y meridionales del delta del Paraná.  
  • Los guaraníes del Carcarañá habitaban las islas que forma el Paraná en su desembocadura, al norte y al sur de la misma.
  • Los guaraníes del norte de la provincia de Corrientes vivían en torno al lugar que los conquistadores bautizaron como Santa Ana; ellos desalojaron a los cáingangs (hombre del bosque) de su antiguo territorio y los hicieron alejarse de las riberas del río y refugiarse tierra adentro. Al fundarse la ciudad de Corrientes, la importancia de este núcleo guaraní creció por el agregado de otros núcleos, llevados por los españoles desde Paraguay.
  • Los guaraníes del litoral de Misiones quizá fueron cáingangs, grupo que todavía hoy ocupa la parte meridional de la República Federativa de Brasil; los jesuitas tuvieron un estrecho contacto con ellos.
  • Los chiriguanos llegaron hasta Bolivia, procedentes de Paraguay. En tierra argentina ocupaban una pequeña parte del Chaco salteño, en la zona de Orán; allí se superpusieron a los chané, pueblo arawak al que sojuzgaron y guaranizaron. Por hallarse al pie de los Andes y por la convivencia con los arawak, que habían ocupado antes el territorio, se distinguieron culturalmente más que los otros guaraníes; la cerámica chiriguana muestra la influencia ejercida por las culturas andinas. Los chiriguanos se llamaban a sí mismos ava, o sea, hombres; pero sus vecinos y enemigos los llamaban chiriguanos, que significa «sucios de estiércol».

Migraciones

El historiador Enrique de Gandía menciona varias migraciones guaraníes a través del Chaco, hasta la cordillera altoperuana que dio origen al pueblo chiriguano; la primera anterior a 1471, año en que comenzó el reinado inca de Túpac Yupanqui; la segunda entre 1513 y 1518, y originó la población guarayú, que se estableció en las proximidades de Santa Cruz de la Sierra; la tercera se llevó a cabo entre 1518 y 1521; y la cuarta tuvo lugar entre 1521 y 1526.

Estos aborígenes tuvieron gran influencia sobre los otros pueblos nativos y sobre la población blanca, durante todo el período hispánico e incluso en la actualidad.

Idioma

La lengua guaraní es una de las que se han conservado vivas. Se habla en parte de Corrientes, en Misiones, en Chaco y, muy especialmente, en el Paraguay.

Se distinguían tres grupos con características dialectales:

1. El Amazónico que habla el “ñe engatú” (lengua hermosa o pulida).

2. El Tupí o Tupinambá (guaraní de la costa atlántica).

3. El grupo caracterizado por hablar el “avañe-é” (lengua del hombre), que comprende los dialectos del Paraguay, Bolivia, Argentina y sur de Brasil, emparentados entre sí.

En paraguay es, junto con el castellano, es lengua oficial y donde la toponimia y numerosos nombres de la flora y la fauna tienen origen guaraní. 

 

Fuente: todoargentina.nethttps://cdn.educ.ar/

Foto: Choza Guaraní, camino a la aldea Guaranies, Iguazu, Misiones.

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