Luis Pincén: “La EIB es una propuesta occidental para el mundo indigena”
Por Fuente: Del Origen – Monday, Dec. 10, 2012 at 9:43 AM
Luis Pincén, profesor de biología y tataranieto del legendario cacique Pincén se encuentra en Barracas con Del Origen hablando sin puntos medios de interculturalidad, los viejos dirigentes y organizaciones indígenas, su ancestro y la cultura tehuelche y los eternos vicios de la política contaminante de turno.
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El camino al profesorado
Es increíble que haya terminado como profesor. De chiquito no era un buen alumno, me costaba acomodarme a la escuela, al estar en primer grado las maestras querían llevarme a una diferencial, porque decían que era un fronterizo prácticamente, tenía problemas. Gracias a mi mamá, que era muy disciplinada y luchadora, estudiaba y me hacía estudiar lo que podía.
Era un pésimo alumno, aunque después descubren que era corto de vista, eso me ayudó y también lo que me ayudó es que mi mamá consideró que tenía que explicarme que era descendiente de indígenas. Una cosa no habitual por ahí, pero bueno… ella conocía la historia de Pincén porque mis tías abuelas de parte de mi papá le habían transmitido un montón de historias familiares, en las cuales ellas le decían que no teníamos que estar avergonzados de ser quienes éramos.
Era muy importante que yo supiera quien era, de donde venía, quien había sido mi tatarabuelo. Con el tiempo descubrí que es el rol de las mujeres en el mundo nuestro… son las maestras, quienes transmiten la cultura, y bueno, mis tías abuelas, a pesar de vivir en la civilización digamos, se encargaron de hacer su trabajo y mi mamá lo hizo conmigo.
Tenía cinco o seis años en esos momentos. No fue fácil , pero de a poco fui adquiriendo orgullo por esto, y después con los lentes mejoré la condición de estudio y fui tomando un giro interesante y me volví, sin quererlo, estudioso. Mi mamá nos reunía en casa a mí y un grupo de compañeros, ella era sirvienta y en los ratos libres nos ayudaba a preparar las clases. Y mejoramos. Vivía en San Andrés.
Nosotros alquilábamos y mis padres compraron un terrenito en Bella Vista y construyeron, nos mudamos y fui a un lugar nuevo. El barrio era como mas humilde en San Andrés. Al colegio iba gente de lo mas diversa. El hijo del doctor, o del almacenero, pero allí, por ejemplo, yo bailaba folklore y no bailaba nunca, siempre le tocaba al hijo del doctor. En cambio en Bella Vista tuve chance de mostrarme, ahí no importaba que fuera morocho. Empecé a darme cuenta que caí en un lugar donde tenía mas que ver con lo que yo era.
Después fui un buen alumno de secundario e intenté ir por donde me gustaba. La naturaleza, fue lo primero que privilegié. Estuve en agronomía un par de años, pero no pude seguir en la universidad, intenté ingresar a medicina, si bien aprobé quedé doce números abajo en esos ingresos masivos que había.
Hice un test vocacional en un colegio religioso para ver lo que me gustaba, virtudes y defectos. Estaba claro que me gustaba técnico, así que un profesorado de biología tranquilamente podría suplir esa necesidad.
El padre hasta el día que me fui quiso convencerme de que fuera cura, pero no estaba en mis planes. Movido por este curso me anotó al profesorado de biología en el Consudec (Consejo Superior de Educación Católica); tenia que hacer un curso introductorio y un examen psicológico.
Había varias chicas de Barrio Norte, y los muchachos que estaban eran seminaristas, así que era un bicho raro ahí, aunque no me sentía así. Cuando hago el estudio psicológico lo reprobé. Me sentí bastante frustrado, pero decían que no estaba calificado para ser docente. Fue bastante duro. Hablé con psicólogos que me decían que en un test no pueden decir si estas calificado o no.
Entonces decidí agarrar todos mis papelitos, pedí una reunión con el director del Consudec, que primero me retó, me apuro un poco, pero le mostré los papeles de los cursos que había hecho en el colegio religioso, que también respondía al Consudec. Cuando ve los papeles se queda mudo, yo hice ese curso. Era otra época, y yo finalmente les dije “No son ustedes los que me echan sino yo que me voy. Seguramente alguna vez nos volveremos a ver pero yo voy a ser profesor aunque ustedes no quieran”.
En El Palomar cursé el profesorado en un colegio sin problemas, a pesar de que en el medio me casé, tuve hijos, etc. Empecé a trabajar en la docencia, primero como preceptor, de a poco.
En la primaria no tuve problemas por ser indígena, en la secundaria un poco por el estereotipo, eran épocas en que el morocho no era candidato para ninguna rubia. Pero cuando llegué al profesorado fue distinto, porque hacía tiempo que trabajaba en la docencia, conocía docentes, había tomado contacto con Galeano, con Borrero, con Bayer, no estaba tan tierno, y además tuve buenos profesores de antropología.
Me auspiciaban, me daban posibilidades de que trabajara, y especialmente me aprovechaban mucho para las clases de oratoria. En la oratoria siempre es importante que haya un tema que el resto no conozca, además la metodología, como moverse, hablar, entonces me utilizaban a mi para los ejemplos de clase de oratoria. Mas ciertos bagajes familiares que yo tenía, mi papá era un gran orador, tenía una estrategia tremenda para la oratoria, a pesar de que no se reconocía como indígena y le costaba pero había heredado cualidades de la oratoria.
De hecho, Pincén es gnen pin, dueño de la palabra; somos descendientes de un clan de grandes oradores, algo tenía que ver. Heredé de mi papá y de la metodología que me daba el profesor y lo nuestro… entonces preparaba clases sobre historia o diferentes temas y eso fue la base con la que me fui fortaleciendo, porque uno al decirlo es como que lo va afirmando, y también vas cuestionando, aprendiendo sobre lo mismo que vas pensando continuamente.
Entonces el profesorado a mi me vino muy bien porque me dio los elementos necesarios para completar mi oratoria, elementos pedagógicos, una mirada distinta, el profesorado fue clave. Además cuando lo terminé me sentí distinto, había logrado algo por fin, después de tanto que no había podido, y me afirmé mucho. Tuve la suerte de que enseguida conseguí muchas horas. Ahora… no acostumbraba mucho mezclar el tema indígena con la biología. Porque la formación del profesorado es muy positivista, muy occidental digamos, todos métodos científicos. Si bien había docentes distintos, estaba muy occidentalizada mi mirada, pero a su vez profundizaba de a poquito el tema indígena.
La vieja dirigencia indígena, la política partidaria
En relación al tema indígena, si bien el profesorado coincide con mi entrada al mundo indígena, porque yo empecé hace mucho, en la década del ’80, cuando todavía Eulogio Frites era presidente del AIRA (Asociación Indígena de la República Argentina), cuando estaba la Juventud India del AIRA, cuando Rogelio Guanuco todavía ni existía, seguía siendo sindicalista, ahora descubrió que era diaguita pero en ese tiempo ni lo sabía.
La mayoría del mundo indiígena que estaba hoy no existía. Estábamos nosotros, el centro Kolla acababa de separarse, eran los primeros momentos, las primeras divisiones, el mundo indígena como lo conocemos hoy estaba muy verde también, los dirigentes que había… por ejemplo para mi fue una emoción enorme conocer a Lorenzo Pincén que me decía que era el cacique Pincén, era volver a las raíces, encontrarme con un personaje importante entonces bueno… para mi fue un despertar importante de la mano del profesorado, pero en ese despertar y la posibilidad de aprender por el profesorado, en el AIRA me fui ganando un lugar por esta capacidad de hablar.
Me llevaban a hablar a todos lados, Guanuco me llevaba a todos lados, me decía el domingo a las tres de la tarde en Berazategui y allá iba, estaba tomando la militancia aunque ¡ojo!, que yo ya había sido militante, me había formado en el partido justicialista, en el peronismo más que nada. Mi tío era sindicalista de la época vieja, yo crecí rodeado de gente que eran viudas de los fusilados por el general Valle en José León Suarez. Crecí con esa gente y desde los 8 años me llevaban a los sindicatos. Era un cuadro político formado para trabajar en los barrios, con la gente.
Yo solamente pude aportar todo este conocimiento el día que rompí con la política partidaria. Hasta que Cafiero le ganó la interna a Herminio Iglesias, tenía un futuro brillante, mis tíos todos contentos decían “vas a ser concejal, diputado”, pero resulta que en esos días, por el ’86 me había recibido de profesor y me acuerdo que la portera de la escuela me dice una cosa que para mi fue muy dura porque ella me conocía desde que era alumno.
Me dice “mirá boludo, lo que están haciendo tus compañeros en la esquina”. Yo digo porque me insulta esta señora si siempre me quiso, me cuido, y voy a mirar a la esquina y mis compañeros de la unidad básica, los hijos del concejal que habíamos ayudado nosotros, vendiendo droga. En política hay una palabra que es idiota útil ¿no?, para mi es muy doloroso eso, nunca quise ser idiota útil de nadie y eso implicó mi retiro de la política partidista. Vi lo que venía, una interna feroz.
Un día llegó a mi casa y estaba esperándome esta gente de Herminio que habíamos derrotado, y habían venido con un compadre mío que me dijo “mirá ellos son ahora el peronismo independiente, vienen a ofrecerte que si vas con ellos, te vamos a poner un camión de muchachos con vos a donde vayas a hablar, y bombos y esto y aquello”. Y yo pensaba donde está la cuestión de la idea, esta gente se reformula y vuelve al rodeo como si nada, y lo que vi no me gustó y me alejé de la política partidista.
Al poder alejarme de ella pude percibir en toda su dimensión la desgracia del mundo indígena. Me di cuenta como de alguna manera se manipulaba un tema. Estos hermanos, Duran había creado el MIPRA (Movimiento Indio Peronista de la República Argentina), que decían que era línea Cafiero. Guanuco que ya había copado el AIRA, estaba en una línea de Herminio, y yo digo pero esta gente para quien juega? ¿Jugamos para los hermanos o juega cada uno para lo suyo?
Incluso nos reíamos en esa época con los otros hermanos que para los dirigentes indígenas solo hacia falta un sellito y una mesa y ya estaban, se vendían en aquella época. No tengo dudas que la política partidaria puede ser muy buena pero si pretende ayudar a los pueblos indiígenas tiene que escucharlos a ellos y sus necesidades, y en función de eso ver si pueden articular y hacer cosas.
No se si es un problema de la política partidista o de occidente, porque yo en la docencia he aprendido que las maestras y los profesores en general siempre tienen la solución para los padres, para los chicos, para el barrio pero nunca se sientan a escuchar a los padres y los chicos para ver lo que quieren. Con los indígenas es lo mismo. De paso aprendía que mucha gente de los barrios marginales son descendientes de indígenas. Aculturados, sometidos a la cultura y los estereotipos dominantes y muchos de los provincianos también, teniendo su cultura, su manera de hablar, de vestir, su música.
Uno ve el proceso de la aculturación, lo que ofrece la sociedad dominante, y la gente empieza a cambiar y se queda algo, es una cuestión folklórica. Otro elemento de la política, aunque es mas reciente pero parte de lo que yo veía, era que una vez fui a la inauguración de la CTA (Central de Trabajadores Argentinos), todavía estaban De Gennaro, D´Elia, todos juntos me acuerdo, allá en el colegio Don Bosco. Me habían invitado hermanos indígenas a participar de esa reunión, estaba coordinado por un hermano mapuche, que trabajaba con ellos. Resulta que habían muchos hermanos que eran del Chaco, de esa zona, digo, ummm, que raro que trajeron estos hermanos. Y recuerdo que comenzó la reunión y se dijo “bueno, quien quiere que esta comisión directiva sea la comisión directiva del encuentro”.
Todos votaron sí, bueno… siguieron la mismas autoridades. Me quedo charlando con los hermanos y escucho que se arma una mesa de pueblos originarios. Le pregunto a este muchacho mapuche “¿me puedo quedar a ver?”, y me dice “bueno, si no hablas nada sí”.
A mi me ganaba más la curiosidad que otra cosa. No tenía problema. Había una hermana kolla que se ve que también le dijeron lo mismo. Nos sentamos en medio del salón lleno, había unos 15 hermanos del Chaco, nosotros dos y el coordinador mapuche. Empiezan a hablar, a hacer propuestas, a debatir el tema indígena y en un momento le preguntan a los hermanos que es lo que ellos quieren, y ellos dicen queremos educación, ni siquiera EIB, educación y asesoramiento jurídico.
Bueno… seguían, en un momento un antropólogo hace una moción y dice “yo lo que propongo es que los hermanos que están acá presentes pasen a ser parte de la CTA indígena”. Y otra compañera sale y dice “no, yo lo que propongo es que mañana marchemos juntos contra el Fondo Monetario y el Banco Mundial, etc”.
Yo, que venía de la política partidista dije esto ya lo vi mil veces, estos tipos los invitaron porque los van a usar. Y bueno, votemos, que es lo que vamos a hacer. Votaron y los incorporaron a todos a la CTA indígena, que para colmo los hermanos tienen palabra. Abusándose de eso. Ahí estuvo mal el mapuche, porque sabía que no son tan jodidos como otros hermanos. Los usaron porque los comprometieron y los hermanos tienen palabra. Y los iban a llevar a marchar. Yo dije: “¿a que estamos jugando?”. Es que hay ciertos hermanos que le hacen el juego a la política partidista.
Me acuerdo cuando fue la elección de Luder y Alfonsín, era habitual que la gente del AIRA (Asociación Indígena de la República Argentina) fuera a pedirle dinero a Luder, o al candidato peronista digamos, a cambio de apoyo público. El AIRA y el Centro Kolla ya estaban divididos, el AIRA le ganó de mano al Centro Kolla y le fue a pedir plata a Luder, cuando el Centro Kolla fue ya le había dado al AIRA, entonces ¿qué hace el Centro Kolla? Le va a pedir a Alfonsin. Yo tengo por ahí el recorte de los kollas por la calle Corrientes, me acuerdo que la sede estaba cerca de Corrientes y Callao, apoyando a Alfonsín, y les salió bien, porque ganó Alfonsín. Fue un espaldarazo para el Centro Kolla
¿El pacto con Gildo Insfran o nuestros derechos?
Hemos crecido en cantidad de gente, en la conciencia en general, hay que reconocer que estos mismos viejos que a veces nos traicionaban, algunas cosas buenas hicieron como fue el artículo de la Consitutución. El azar jugó a favor nuestro también cuando por error los congresistas nuestros pudieron aprobar el convenio 169. Esta bien que después tuvieron que rectificarlo, pero no lo querían aprobar y terminaron aprobándolo una noche. Algunas cosas jugaron a favor, tenemos mas abogados indígenas, el movimiento ha crecido, es enorme, incluso la gente toma mas conciencia de este tema.
Eso es lo positivo, ahora, a fines de los beneficios de nuestra gente estamos en la misma situación , un poco mejor sí por el tema de ser visibles, porque antes ni se denunciaban, ahora sí. Una vez le pregunté a Guanuco, en la época en que Menem dijo que le había dado 200 millones de hectáreas a los indígenas… todo mentira, pero fue a decirlo a las Naciones Unidas. Yo le digo, hay logros pero la gente se sigue muriendo de hambre sigue habiendo miseria, explotación, hay tuberculosis, mal de Chagas.
Y si me pongo a pensar en la actualidad, bueno tenemos un marco legal importante, esta ley de medios, la ley de tierras viene media rara me parece que hay mucha transfugueada, me parece que no todo salió bien como se pensaba, no se respetaron las tierras, pero a pesar de esto, sigue pasando lo de las enfermedades, no podemos romper con pactos políticos como el que por ejemplo tiene el gobierno nacional con Gildo Insfran u otros grandes terratenientes, o señores feudales provinciales, eso sigue fuerte, el desmonte para la soja… aunque ahí está la pregunta: yo muchas veces se la hago a los hermanos nuestros, ¿qué es mas importante, el pacto del gobierno nacional con Gildo Insfran, o los derechos nuestros?.
Obviamente, el pacto. ¿Qué es mas importante, la soja o nosotros? La soja. ¿La minería o nosotros? La minería. ¿El petróleo o el agua? Y así. Han regalado tierras, como a Benetton, a un montón de gente, sacándole a nuestros propios hermanos, pero se hace una Ley de Tierras posterior, digamos que ya no se toque lo que está tomado.
Mi sensación es también que hay nuevos actores del otro lado que nos siguen sometiendo y, lamentablemente, a la dirigencia nuestra le falta formación, incluso ahora mismo creo que le falta mucha formación política. Creo que por lo menos a los viejos de antes si bien no eran tan indígenas, porque algunos venían de lugares rarísimos, tenían formación política y sabían manejar los momentos, eran mas astutos. Los chicos de hoy creo que sí, tienen más conciencia indígena, el tema es que también algunos tienen menos vergüenza, menos humildad, o han cambiado mucho.
Yo conozco algunos dirigentes actuales a los cuales he admirado, he visto la lucha que han hecho en sus provincias recuperando tierras, poniendo el cuero, peleando codo a codo contra los estancieros y los aplaudo. Los admiraba por el valor ante lo que hicieron y verlos ahora me da pena. Me asombraba cuando escuchaba, tal hermana puede venir, no, no puede venir porque por un problema de salud si no le mandan el avión no viaja. Esta nueva dirigencia ¿de donde salió tan fina?, y aparte, los veo y me asombra, lo único que les importa es sacarse una foto con Evo Morales, con Rigoberta, ver que viajaron por el mundo, participaron en congresos, ahora de todos esos trabajos que ellos hacen, el resto de la gente no se entera de nada. La causa indígena para esta gente es un medio, nada más.
Una vez en Ruka Choroy
En el año 2000 mas o menos estábamos trabajando con el antropólogo Carlos Martínez Sarasola, haciendo un libro de arte, recorriendo Neuquén, y pasamos por Ruka Choroy, donde estaba don Amaranto Aigo, el famoso video de Preloran… cuando llegamos nos enteramos que don Amaranto ya no era el lonko de la comunidad lo habían separado y habían separado y armado una agrupación Aigo. Hablábamos con la gente del lugar y nos decía “nuestro lonko sigue siendo don Amaranto, pasa que hay una nueva estructura en la provincia donde eligen lonko por 3 o 4 años y el que había ganado era un pastor evangelista que cuando llegamos nosotros no estaba, estaba en una reunión en Neuquén en su cuestión religiosa”.
Porque aparte de la política el otro tema es la religión. Yo me asombré porque en esa comunidad lo primero que vi fue muchos chicos descalzos, desnudos, llenos de mocos, y uno sabe que el pueblo mapuche, las mujeres mapuches, están orgullosas de que los chicos no suelen andar así. Era una cosa lastimosa, los chicos pidiendo caramelos, monedas, las mujeres vendiendo tejidos por dos pesos, porque decían que quienes les compraban venían de vez en cuando.
En algún momento de mi vida hice un giro hacia el mundo espiritual. Pasé de los histórico, social, político, al mundo espiritual; para mi fue un crecimiento importante. Observé en las casas cabezas de caballos dadas vueltas, cruces de cinco puntas, eso era un indicio de que había un brujo dando vueltas en la comunidad. En nuestras comunidades ha pasado que al desaparecer las machis, o los machis, los que representaban el bien, y por ahí ser suplantados por pastores o curas, creció el mal.
Los brujos se mantuvieron, el mal siguió existiendo y sin nadie que pueda reemplazar eso. En esa comunidad vi eso. Después hablo con don Amaranto que me cuenta la historia de como lo separaron, lo dejaron, un gran dirigente, y se pusieron de acuerdo para sacarlo del medio, no querían un cacicazgo tradicional. Pregunté la gente del lugar como puede ser que todo esté tan mal y nadie que los ayude, me dijeron que sí, “acá hay mucha gente que ayuda, tenemos como doce fuentes de entradas, nos ayudan desde Nación, organismos provinciales y municipales, la iglesia católica, evangélicos, nos ayudan grupos laicos que trabajan con nosotros, incluso organizaciones indígenas”.
Sin embargo era una situación catastrófica en un lugar paradisíaco. Entiendo entonces que la miseria de nuestros pueblos en general, para todos, incluso dirigentes, es un medio, no es un fin. Porque si la gente nuestra pudiera tener una buena alimentación, educación, buen nivel de vida, ¿Qué saldrían a decir todos estos grandes defensores que tenemos nosotros en los congresos internacionales? ¿Qué habría que negociar? Aparte, si nuestra gente estuviera bien preparada para la pelea con los terratenientes o los grupos de poder sería distinto, podríamos plantarnos y discutir con argumentos, si pudiéramos estar -mira que palabra digo-, asimilados de una manera mas equitativa. Aprender lo occidental para poder pelear lo nuestro… sería distinto y es justamente lo que mucha gente no quiere, que aprendamos. Porque de esa manera puede haber tipos que hablen por nosotros.
Interculturalidad
Hoy estamos muy mal en el tema, en Argentina y en Latinoamérica también porque ahora se tenía que hacer el encuentro de Educación Intercultural en Ecuador y Correa acaba de suspenderlo. Es otro personaje que yo lo vengo escuchando, uno los admira pero después se asusta, cuando la otra vez dijo “yo no se que quieren los indios, quieren educación quieren hospitales, pero no dejan que toquemos los recursos naturales”.
Creo que esa mentalidad de Correa no la tiene él solo. Más a la izquierda o más a la derecha al fin y al cabo siempre se trata de lo mismo, se trata de occidente, y su mirada particular sobre las cosas que es distinta a la nuestra. Con la EIB(Educación Intercultural Bilingüe), Argentina tuvo la posibilidad gracias a buenos funcionarios, como Filmus y Osvaldo Cipolloni, gente que ha estado trabajando mucho, en su momento Marta Tomé, la EIB adquirió cierta fuerza, se consiguió un crédito importante para educación, no solo para EIB, se motorizó bastante ese tema, durante varios años se trabajó, pero ese dinero ahora se acabó.
Un crédito del Banco Mundial que el Ministerio de Educación de la Nación lo trabajaba a través de Promer (Proyecto de Mejoramiento de le Educación Rural), reconozco que se hizo un esfuerzo grande por incluir a escuelas urbanas, pero al ser educación rural ya había un prejuicio, o sea los indios solo viven en el campo, y acá en la provincia de Buenos Aires eso no es cierto. En el campo vive el gringo o los descendientes de los gringos, no los indígenas; los indígenas viven en Trenque Lauquen, en Villegas, en Bahía Blanca, en Patagones, Junín. En los pueblos, muy pocos están en los campos, entonces no se podía trabajar la EIB de la manera que uno quería. Pasa lo mismo en otros lugares, muchos hermanos no quieren que se diga que la mayoría vive en las ciudades pero es un hecho, en el Gran Rosario, en Tartagal, Resistencia, Neuquén, Zapala, Viedma, grandes centros urbanos donde los hermanos se están trasladando, ¿Por qué? Porque hay falta de trabajo, miseria, entonces claro, ahí la EIB no llega y si bien se ha hecho un gran esfuerzo, se armaron oficinas en todo el país y dentro de lo que se pudo se hizo un trabajo bastante interesante.
Aunque hay un par de cosas que aclarar, primero que la EIB es una propuesta occidental para el mundo indígena, donde la educación indígena no está del todo contemplada. La educación propuesta por los mismo pueblos, depende del funcionario de turno. Uno debe acomodarse a esa realidad y trabajar en eso y no siempre… yo he estado trabajando desde el CEAPI (Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas) y no siempre lo hemos hecho bien, es más, a esta altura del partido hace nueve meses que estamos mandando notas al ministro Sileoni para que nos reciba y no nos ha recibido.
La EIB sigue funcionando sin pueblos originarios. Ni siquiera tenemos plata para reunirnos. Nosotros en el CEAPI no recibíamos dinero, no teníamos sueldo, nada. Al ser una organización nacional es difícil conectarse. Además hay una interna indígena muy fuerte que nos golpea a todos, y la realidad es que en este momento no está pasando nada, solamente se mantiene el mapeo que se está llevado adelante por sociólogos, antropólogos, que eran quienes reunían los requisitos para hacer el mapeo, los proyectos institucionales, bibliotecas para temática indígena, contratos, encuentros, capacitaciones; todo eso quedó suspendido porque se acabó el dinero del Banco Mundial.
Era un crédito, y el crédito hay que devolverlo. Supongo que en otras áreas debe pasar lo mismo. En síntesis, hoy estamos mal, la EIB ha llegado a la escuela primaria, en la secundaria se ha implementado muy poco. Docentes indígenas va a seguir habiendo porque los hermanos quieren seguir aprendiendo, progresando; ojo, hay una EIB mas allá de los ministerios y de los gobiernos, una EIB donde están las peleas personales, las ganas de seguir adelante de los pueblos, de la gente y de muchos docentes que colaboran y ayudan, sin importar el signo político o la religión que tengan, excelentes personas que han hecho muy buenos proyectos de EIB, y de hecho cuando voy a trabajar a la provincia de Buenos Aires tuve unos proyectos que fui tomando y ya existían antes que la oficina de EIB, eran previos.
Nuestra oficina desapareció y esos proyectos siguen. Y seguramente habrá nuevos, pero en educación la deuda es muy grande, especialmente porque no se incorporan elementos propios de la cultura. La gente todavía cree que los indígenas son lo que se muestra por televisión o que vemos en la ciudad, pero quienes conservan la cultura, las tradiciones, la cosmovisión a pesar de que pueden estar un poco modificadas, son los hermanos de las comunidades, la gente que sigue viviendo en el campo.
A veces charlo con los hermanos y les digo se tiene que acabar la época en que las comunidades manden al chico que estudió la secundaria y sabe computación porque creen que es el mejor representante. No, el mejor representante es el que valora y conoce su propia cultura, valora a los mayores, conoce su gente. Necesitamos mas personajes éticos, moralmente respetables, estamos llenos de chicos muy calificados, supuestamente idóneos para los trabajos que se les da, pero son un fracaso. Muchos de estos chicos siguen en espacios de poder, siguen decidiendo, definiendo.
Censo indígena
Le pregunto a todo el mundo que piensan del resultado del ultimo censo indígena que se hizo, y todo el mundo se queja, esta bien, nadie denuncia, pero todos se quejan. Ahora pregunto: ¿Cómo podemos quejarnos si quienes llevaron adelante asesorando eran todos abogados indígenas?, supuestamente los mas calificados. La gente se queja de que fue mal implementado, muchísima gente no censada como indígena, porque en realidad lo indígena se hizo como muestreo.
Yo por ejemplo, vivo en Bella Vista, que como mucho debe tener 2.000 habitantes. A mi me tenían que haber censado con la planilla A, que es la planilla que tenía las preguntas si uno era de un pueblo indígena o no, y me censaron con la B. Yo dije no, como puede ser, si acá no hay mas de 80 mil habitantes, pero me dice que acá se decidió poner todo junto, San Miguel, Muñiz, Bella Vista, entonces se hace todo el municipio como distrito, entonces no soy censado así. Incluso las culturas negras también están enojadas, porque no ha habido un crecimiento sustancial siendo que eso en el muestreo tendría que haber salido. En mi propia comunidad, nosotros somos actualmente mas o menos 300 y no existíamos como comunidad, ni la mayoría como indígenas en el censo anterior y si censaron 5 o 6 como indígenas fue mucho. El resto no. Algunos viven en Olavarría, Puán, Tandil. Decimos entonces, ¿Cuál fue el criterio? y nos asombramos mucho.
Pincén
Pincén, el tehuelche, o el mapuche, o el rankulche como algunos dicen, para el mundo occidental o para mucha gente es un gran guerrero por todo lo que hizo luchando contra el blanco, por plantarse frente al blanco, por caer peleando, a diferencia de muchos otros que huyeron, que se entregaron o que cayeron en los vicios porque se volvieron borrachos.
El hecho que se haya mantenido fuerte ha sido importantísimo y un ejemplo para nosotros, pero sobre él tenemos otra mirada porque fundamentalmente Pincén es un cargo, significa dueño de la palabra, responsable de las tradiciones, de transmitirlas, de preservarlas, y él nos ha dejado un legado que está basado en los valores, el cuidado a la familia por sobre todas las cosas.
El cae prisionero por salvar a su familia, pero no sólo él, Pichi Pincén, Nahuel Payún también caen prisioneros cuando capturan a su familia, es decir que la familia estaba por encima de todo. Yo muchas veces escucho que dicen el territorio es todo…la familia es todo. A nosotros nos han enseñado a respetar a los mayores, a educar a los chicos sin violencia, por allí mi papá no lo hacía porque estaba aculturado, no lo juzgo mal, ahora entiendo que él lo hacia por eso, era alcohólico porque estaba aculturado, vivir en occidente nos volvió violentos y malos. Las guerras también, épocas de guerra también fueron malas, nosotros no reivindicamos la guerra si bien nuestros ancestros fueron terribles guerreros preferimos reivindicar a hombres y mujeres por sus propios valores.
Cuidar a la naturaleza, estar en equilibrio y armonía con las fuerzas, ser solidario. Y además sabemos que el día que vayamos a morir, ya sea como mapuches, y especialmente como tehuelches, antes de entrar al laberinto que me va a llevar a las estrellas si hice todas las cosas bien el que me va a estar esperando va a ser Walichu, el hacedor del bien y del mal, los quechuas lo llamaron así. Le preguntamos a Carmelo Sardinas, profesor del idioma que significaba Walichu y el nos dijo que es una pregunta , y la pregunta es ¿has hecho bien? Es lo que tenemos que preguntarnos respecto a nuestros actos.
Restituciones y museos
El tema está difícil, primero porque la ley de arqueología y paleontología está llevada por el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) a instancias de ellos hicieron esta última ley, que le da la propiedad de todos los restos arqueológicos a los gobiernos nacionales, provinciales y municipales. Existe toda una campaña para que las cosas vayan a los museos, pero está demostrado que los museos no cuidan las cosas. Hay cantidades de piezas de museo que son regaladas por los gobernadores, los intendentes, piezas que están en Gotemburgo o en otros lugares del mundo que estaban en los museos y desaparecen, no las cuidan, no son garantía.
Eso como número uno… numero dos, hace poco cayó un traficante de piezas arqueológicas. El poder de policía que da la ley al INAPL es mínimo. Creo que la pena máxima es de 3 años, es excarcelable, la otra pena es que le sacan la licencia para comercializar, para investigar. Pero para un tipo que se roba una pieza de un valor altísimo, no tiene ningún valor que vaya preso un tiempito o que le saquen la licencia. Total van, después contratan a otro, le dan unos pesos a un huaquero y sigue esto de sacarle cosas a nuestros paisanos. No existe una real protección de parte de los gobiernos, ni de los museos.
He hablado con muchos coleccionistas privados, y muchos de ellos se han ido del país con sus colecciones, porque tenían que censarla y entregarla, y otros entregaron una pequeña porción de lo que tienen. La mayoría están guardadas, mal y bien, en cajas de bancos y en otros lugares, inaccesibles para todos. La ley no es para nada buena, y por lo tanto la política que deriva de esta ley es mala. Si ahora tuviera que decir que seria lo mejor para nosotros… en la provincia de Buenos Aires hay algo que está surgiendo que son los Centro de Interpretación Indígena. Una especie de museo indígena manejado por indígenas. Hay uno en San Pedro, que es muy interesante, nosotros quisiéramos hacer uno en Puán donde hay muchísimos restos arqueológicos.
Estamos en ese trabajo. En el primer mundo los indígenas son parte de los museos. La otra alternativa sería hacer museos de sitio, locales, porque la gente local va a cuidar mas las piezas. Si se llevan, digamos, al museo de La Plata las piezas rara vez se devuelven al lugar de origen, quedan dando vueltas en el museo.
www.delorigen.com.ar/inicio.htm
Foto de portada: Lonko Pincén en La Paz, Córdoba por Nilda Torija
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